viernes, 19 de mayo de 2017

Una vista del puerto - Elizabeth Taylor



Título: Una vista del puerto
Autora: Elizabeth Taylor
Publicación: Gatopardo, enero de 2016
Páginas: 320

En un pequeño pueblo de la costa inglesa, durante los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, Robert, el marido de una escritora de novelas, se siente atraído por Tory, una divorciada con un hijo. Éste es el punto de partida del que se sirve Elizabeth Taylor para construir una novela coral sobre la vida de un pueblo costero y los sentimientos de sus gentes.

Taylor describe con destreza, y de manera implacable, las relaciones familiares y afectivas de las clases media y alta británicas.

Fue amiga de la escritora Ivy Compton-Burnett y del novelista y crítico Robert Liddell. El escritor Kingsley Amis la consideraba una de las mejores escritoras del siglo xx.

Mis impresiones

Una vista del puerto fue publicada por primera vez en 1947. Su autora, que no tiene nada que ver con la actriz de mismo nombre, está considerada una de las escritoras más importantes de la segunda mitad del siglo XX. El año pasado Gatopardo la rescató y reeditó. Gracias a la labor de editoriales como está tenemos el placer de leer grandes novelas que de otra forma se perderían en el olvido.

“Las gaviotas no escoltaron a los barcos de pesca que salieron del puerto a la hora del té, al contrario de lo que harían a su regreso; permanecieron sentadas, meciéndose tranquilamente en las aguas, o se encaramaron a los costados de pequeñas barcas, agitadas arriba y abajo por una estela tras otra. Cuando alzaron el vuelo y extendieron las alas, su blancura destacó sobre el verde del mar; eran tan blancas como el faro.”

La novela nos sitúa en las casas y negocios cercanos al puerto de una pequeña localidad en la costa inglesa en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. En una sociedad decadente vamos a ser testigos de las relaciones de un grupo de personajes en cuyas vidas parece no pasar gran cosa y sin embargo las cosas siempre están cambiando. Cada uno de ellos tiene sus sueños y sus pesares y las relaciones con los demás a veces les ayudan mientras que otras les entorpecen en sus objetivos.

No es fácil resumir en unas cuantas líneas el argumento general de Una vista del puerto ya que es una novela que apenas lo tiene. Parece no pasar nada en ella y sin embargo hay muchas tramas que se ciernen en torno a sus personajes. Y cuyas vidas, aunque en principio esos cambios sean imperceptible, van evolucionando y tomando otros rumbos.

Se trata de una novela coral en la que conoceremos a un oficial de la Marina retirado. Bertram Hemingway es ahora pintor y ha llegado recientemente al pueblo. También conocemos a Lily Wilson, que tiene un museo de cera. Una mujer que perdió a su marido en la guerra y ahora se siente tremendamente sola. Conoceremos al matrimonio formado por Beth y Robert Cazabon. Ella es escritora y está demasiado inmersa en su propia ficción como para darse cuenta de que su marido, que es médico, ha puesto los ojos y algo más en otra mujer. Tienen dos hijas: la soñadora Prudence y la pequeña y caprichosa Stevie. También nos vamos a encontrar con Tory Foley, una divorciada atractiva que espera impaciente las cartas de su hijo Edward, que estudia fuera, mientras se aguanta la sensación de fracaso de haber sido abandonada por otra. O la señora Bracey, aburrida y frustrada que no hace más que lamentarse de la enfermedad que la mantiene postrada en una cama. Una impotencia que revierte hacia sus dos hijas. Iris, que apenas habla con ella para subyugarse al control que su madre ejerce sobre Masie a quien mantiene anclada en el negocio familiar. Estos son los personajes principales pero hay algunos más.

Poco a poco y a medida que avanzamos en la novela los vamos a ir conociendo en profundidad y es que Elizabeth Taylor ha sido capaz de otorgar una personalidad muy bien definida a cada uno de ellos a pesar de ser un número considerable. Seremos testigos de sus emociones, de sus problemas e infortunios, de sus sueños así como de aquellos que no han podido cumplir. Y sus relaciones están retratadas de forma fabulosa y basadas en cualquier emoción que pueda sentir el ser humano tales como el amor, la amistad, la curiosidad, la soledad, los celos, el egoísmo, etc. A su vez todos estos personajes están ensamblados y condicionados por la sociedad.

Elizabeth Taylor tiene una forma muy cuidada y personal de relatarnos la historia. Gracias a sus descripciones nos hacemos una idea de ese puerto que transitan sus personajes. Las casas y los negocios que lo rodean hacen se convierta en un protagonista más de la historia. Pero no es una novela en que se abrume con largas descripciones sino que están son muy medidas y visuales. Y ya ese lugar es toda una declaración de intención. Un entorno tan pequeño solo da a lugar a que todos sus personajes se conozcan e interacción entre sí. No es un lugar donde uno pueda guardar secretos. Al mismo tiempo se percibe en el ambiente esa decadencia y pesimismo de los años posteriores a la II Guerra Mundial en que todo tenía que reconstruirse  y había nuevas metas por alcanzar.

Será un narrador omnisciente en tercera persona el que prácticamente solo se ocupe de los escenarios mientras que los personajes se dan a conocer a sí mismos mediante los diálogos (muy ingeniosos, agudos y mordaces en algunas ocasiones) que ocupan la mayor parte de esta novela. Gracias a ello se avanza con fluidez en una novela que de otra forma no tendría gran ritmo. No hay mucha acción en ella, no hay grandes acontecimientos que hagan virar la vida de sus protagonistas en segundos. No. Elizabeth Taylor te va conquistando poco a poco con lo pequeño, con lo cotidiano. Con esos gestos o decisiones que se pueden tomar a la ligera pero que van conformando el futuro.

Conclusión

Una vista del puerto me ha parecido una estupenda lectura que a través de los personajes que figuran en ella nos habla de la importancia de lo cotidiano y como las decisiones, por muy banales que parezcan pueden cambiar nuestra vida.