martes, 2 de junio de 2015

Mañana puede ser un gran día - Betty Smith



Título: Mañana puede ser un gran día
Autora: Betty Smith
Publicación: Lumen, mayo de 2015
Páginas: 352

Estamos en Brooklyn y corren los años veinte. La chiquilla que conocimos en Un árbol crece en Brooklyn, la primera novela de Betty Smith, es ahora una joven mujer de nombre Margie, decidida a escapar de la pobreza y mediocridad que la rodean en su casa, donde los días transcurren entre las horas de oficina, las quejas de una madre dominante y los gestos tímidos de un padre derrotado por la falta de ambición y cariño.

Margie sueña mientras camina por las calles frías de su barrio, pero finalmente las viejas costumbres se imponen: solo el matrimonio y el gobierno de una casa propia podían ofrecer a una mujer de aquellos tiempos cierto margen de libertad, y así la joven se casa con Frankie Malone, un hombre que tiene poco que contar y mucho que esconder...

Esta historia, la de tantas parejas que callaron a principios del siglo XX, cobra sentido gracias al talento de Betty Smith, a sus ganas de hablar y mostrar los hilos rotos con que se tejió el gran sueño americano.

Mis impresiones

Hace algunos años ya que casualmente durante un viaje compré Un árbol crece en Brooklyn. No había oído hablar de ella pero la sinopsis me transmitió muy buenas vibraciones y no me equivoqué porque la novela me gustó mucho. Así que cuando vi que Lumen recuperaba otra novela de Betty Smith inmediatamente me llamó la atención.

A sus diecisiete años Margie Shannon es una joven inteligente que lo único que desea en el mundo es huir de un hogar mezquino y conseguir su propia independencia. Para lograrlo abandonó el instituto tras dos años de estudio y encontró un empleo como lectora de correspondencia para una agencia de venta por correo. Pronto la joven se da cuenta de que no le resultará tan fácil vivir su propia vida cuando se vea obligada a entregar prácticamente todo el sueldo a una madre dominante y controladora que no le permite concederse ningún deseo y un padre cada vez mas ausente. Ante este panorama quizás la única vía de escape y posibilidad de tomar las riendas de su propia vida sea el matrimonio…

Mañana puede ser un gran día nos habla de convenciones sociales, de costumbres arraigadas, de la desilusión y la imposibilidad de alcanzar los sueños. Nos presenta a los Shannon, una familia que vive con lo justo y necesario y ha hecho de la hostilidad su forma de vida. Flo, la madre, es una mujer dominante y controladora con quien cada conversación termina en una discusión, en un cruce de reproches interminables producto de su propio desencanto con la vida que tiene. Ante esta situación Henny, el padre, casi a la desesperada opta por pasar el máximo tiempo posible fuera de casa, huyendo de una mujer con la que es imposible pasar un rato agradable y de la misma cena que se repite noche tras noche. Margie en cambio aún conserva el ímpetu de la juventud. Sus padres han perdido la esperanza pero ella aún sueña con salir de la pobreza y vivir en unas condiciones mejores.

En la contraportada nos dice que está es la continuación de la novela anterior en el momento en que la pequeña que conocimos en Un árbol crece en Brooklyn ha abandonado la infancia y es casi una mujer. En mi opinión tiene algunas características que podrían hacer pensar en una segunda parte pero  en realidad considero que no lo es en sentido estricto a pesar de que comparten muchos elementos en común y que el fondo de la historia parece el mismo. Es posible que la autora después de representar la infancia quisiera hablar a los lectores de la siguiente etapa lógica en el desarrollo de una persona mostrando otros problemas que surgen en un ambiente similar como es Brooklyn en este caso en los años veinte. Los personajes no conservan los nombres de la novela anterior y su fondo también es distinto. A grandes rasgos podríamos pensar que es la misma familia pero matizada y tipificada de forma distinta. Yo personalmente no he visto en Margie realmente a la pequeña Francie, la niña a quien le apasionaban los libros.

Me ha parecido muy interesante el retrato que Betty Smith hace de esta familia, de los conflictos, la forma en que construye los personajes y como analiza las relaciones que dan entre ellos. La novela transcurre sin grandes sobresaltos atendiendo al día a día de estos personajes, mostrándonos las situaciones cotianas en las que se ven comprometidos y lo que les lleva a tomar cada decisión. Una familia en la que la incapacidad para hablar y comunicarse ha terminado por hacer mella. Y así una podría pensar que la historia tiende al drama, algo que no sucede en absoluto y por ello no nos llegamos a compadecer de sus personajes. Betty Smith no juzga a sus personajes, no hace de ellos ni buenos ni malos ya que los dota de varias dimensiones. Vemos su parte más agria, áspera o interesada pero también vemos el fondo más humano. Porque les escuchamos reflexionar, percibimos que bajo toda esa coraza existen sentimientos tales como la inseguridad, el arrepentimiento, las dudas  o incluso se cuestionan a sí mismos.

A pesar de que es Margie la protagonista de esta historia cada uno de los personajes que aparecen en la misma tiene una entidad propia, una historia tras ellos. Así conocemos a Frankie y a su numerosa familia, los Malone, al señor Prentiss y las chicas de la oficina entre los personajes secundarios.

La novela a parte del tema de la maternidad, de las relaciones familiares nos deja además el retrato de una joven pareja que se embarca en un matrimonio sin apenas conocerse el uno al otro, intentando superar las dificultades económicas y las que sus propias familias les han impuesto, sobre todo a ese concepto de propiedad que las madres sienten. Nada ni nadie es suficientemente bueno para sus hijos. La pareja sufre también el pudor de la época, de lo que no está escrito pero hay que respetar, de lo que sería lógico aunque vaya contra la naturaleza de uno mismo.

La novela está narrada con sencillez y un ritmo pausado pero que no llega a decaer en ningún momento. El contexto en que se desarrolla Mañana puede ser un buen día es Brooklyn en los años veinte. En ella se nos da una idea, sin detenerse en explicar demasiado, del estilo de vida en la época de las familias humildes que sobrevivían con lo justo y necesario. No llegaban a pasar hambre pero tampoco podían permitirse gastos innecesarios. El final además nos da la esperanza de que todo tiene solución y que a veces es posible dar marcha atrás.

Conclusión

Me ha gustado leer Mañana puede ser un gran día. Una novela sencilla pero que refleja de forma muy acertada las relaciones familiares y los condicionantes de la época en que se desarrolla.