jueves, 6 de noviembre de 2014

El expreso de Tokio - Seicho Matsumoto



Título: El expreso de Tokio
Autor: Seicho Matsumoto
Publicación: Libros del Asteroide, septiembre de 2014
Páginas: 216

Los cadáveres de un oscuro funcionario y una camarera aparecen una mañana en una playa de la isla de Kyushu. Todo parece indicar que se trata de un caso claro: dos amantes que se han suicidado juntos tomando cianuro.

Pero hay ciertos detalles que llaman la atención del viejo policía local Jutaro Torigai: el difunto se había pasado seis días solo en su hotel y en su bolsillo encontraron un único billete de tren; así que, seguramente, los amantes no habían viajado juntos. Enseguida se descubre también que el funcionario trabajaba en un ministerio en el que se acaba de destapar una importante trama de corrupción; el subinspector Mihara de la Policía Metropolitana de Tokio se hará cargo de la investigación en la que contará con la inestimable ayuda de Torigai.

Mis impresiones

El expreso de Tokio fue publicado por primera vez en Japón en el año 1957 y hoy en día es considerada una de las novelas mejores y más representativas de su autor, Seicho Matsumoto, un escritor muy prolífico considerado el precursor de la novela negra japonesa. Quizás sea por los años que ha cumplido, por el estilo de su autor o el enfrentamiento de la cultura oriental y occidental pero lo cierto es que no vamos a encontrar en ella apenas nada de la típica novela policial que actualmente se está publicando.

No sabría decirnos muy bien qué es lo que me llamó la atención de la misma pero no solo me ha gustado leerla sino que ha puesto mi cabeza a trabajar. En ella no vamos a encontrar sangre, vísceras, crímenes truculentos, policías traumatizados ni siquiera psicópatas que asesinan sádicamente siguiendo un patrón o ritual. La trama de El expreso de Tokio en este sentido me ha resultado muy limpia y además su fuerza radica por completo en la lógica y la intriga con que se desarrolla la investigación para lograr esclarecer los hechos.

Al amanecer de un veintiuno de enero un obrero que se dirige hacia su lugar de trabajo encuentra dos cadáveres en la orilla de la playa de Shika en la isla de Kyushu. La disposición de los cuerpos, la aparente ausencia de violencia y el escenario hacen pensar a la policía, como causa evidente, en el suicidio de dos amantes que tomaron libremente la decisión de acabar con su vida mediante la ingesta de cianuro potásico. Pronto los testigos corroboran que la pareja, formada por un alto funcionario del gobierno llamado y la camarera de un restaurante, Kenichi Sayama y la joven Toki, fue vista pocos  días antes cuando emprendió un último y extraño viaje.

Pero al investigador de la policía Jurato Torigai hay algo que no le cuadra. Pronto encuentra una pista sobre la que apoyar sus sospechas y comienza una compleja  investigación….

El expreso de Tokio se desarrolla en base a una trama como ya he dicho que sustenta por completo en la lógica más absoluta y siguiendo una línea bastante clásica. Tenemos la aparición de un crimen que en principio se descarta como tal pero el inicio de una investigación pone esta teoría en tela de juicio. La comprobación de coartadas, el interrogatorio de testigos, la recogida de pruebas (en este caso parcas), el análisis de los últimos escenarios que transitaron las victimas así como las últimas personas con las que se relacionaron son los pasos que sus investigadores tendrán que seguir hasta dar con el culpable.

Tras la investigación se revelará una oscura trama relacionada con un declarado caso de corrupción ministerial donde algunos funcionarios han sacado una buena tajada. En algunas webs he podido leer que con al incluir la temática el autor pretendía realizar una crítica social contra el sistema japonés.

Me ha llamado la atención que casi en mitad de la novela  Seicho Matsumoto realice un cambio del personaje que conduce la historia. Si al principio será un policía veterano y  cincuentón con bastante experiencia llamado Jurato Torigai, agente de la comisaria de Fukuoka, el que investiga y elabora las distintas hipótesis plausibles en la historia entorno al ecuador de la novela este personaje prácticamente desaparece (no sin antes adelantar sus teorías bien expuestas) y deja el protagonismo absoluto a Kiichi Mihara, subinspector de la policía metropolitana de Tokio que conducirá a partir de ese momento la historia.

Quizás este cambio en otro tipo de novela me hubiese resultado molesto pero en esta ocasión no me ha parecido que desentone. Si ninguno de los dos destaca por ser la figura tipo en el género sí que lo hacen por su capacidad de análisis y su ingenio a la hora de discurrir hipótesis. El resto del elenco de personajes lo completan los testigos que pueden aportar algo como Tatsuo Yasuda, un empresario, y las jóvenes Tomiko y Yaeko que están ligeramente esbozadas.

Os decía antes que durante la novela no he podido evitar elaborar mis propias conjeturas acompañando a los propios personajes. Y es que la trama de esta novela si en principio parece muy sencilla, por decirlo de alguna manera, la línea que se desarrolla se van complicando por momentos cuando los dos policías van encontrando un montón de pequeñas piezas que hay que encajar en su lugar correcto para que tenga sentido. En más de una ocasión he tenido que releer varias veces una párrafo para seguir las explicaciones pero al final funciona cada una de estas pequeñas piezas a la perfección.

El expreso de Tokio está narrado de una forma muy directa y sencilla lo cual se agradece ya que, según mi opinión, el que se desarrolle en lugares muy concretos de Japón (que conviene memorizar para no perder el hilo) con los que no estamos familiarizados o que son, a mi modo de ver, más difícil de retener en la memoria por su sonoridad conlleva cierta dificultad. Con respecto al ritmo va creciendo a medida que avanzamos en ella, aumentando la intriga y el suspense a medida que avanza la investigación.

La novela se estructura a través de trece capítulos de extensión media que ordenan de forma muy metódica (y no sin cierta originalidad en su disposición) el desarrollo de la información. Como la novela reviste cierta complejidad en la exposición de sus teorías (muchas de ellas basadas en viajes y horarios de ciertos trenes) en la novela se incluyen algunos gráficos muy necesarios para aclarar ciertos puntos al lector. Como curiosidad comentar que la novela originalmente se tituló Ten to sen (Puntos y líneas) que después de leerla uno no puede evitar pensar en que le va como anillo al dedo aunque sea algo menos atractivo que el actual.

Conclusión

De El expreso de Tokio no os puedo decir otra cosa que no sea que me ha gustado esta leerla. Me ha resultado una lectura original y distinta que te hace poner la mente a trabajar e involucrarte en la resolución del caso.