Título: Cuatro
esquinitas tiene mi cama
Autor: Fernando
Méndez
Publicación: Suma
de letras, febrero de 2014
Páginas: 400
¿Tú qué harías si de pronto un día
se te aparece un tío muy atractivo diciendo que es un ángel y que quiere
ayudarte a solucionar el mayor problema de tu vida?
Lo que parece ser una día normal de trabajo en
el cementerio se convierte para Lourdes —florista, separada y con una hija
adolescente— en el comienzo de su nueva vida. Mientras se afana en colocar una
corona de flores en una de las lápidas recibe la visita de Armand, un hombre
que aparte de estar como un tren dice ser un ángel. Su misión: ofrecer a
Lourdes la posibilidad de resarcirse de la mala gestión de sus vidas anteriores
—principalmente de aquella en la que fue Cleopatra— y recuperar las cuatro
esquinitas de su existencia, en especial, el amor de su hija. Comienza así un
viaje astral de dos mil años que los llevará a Nueva York, al siglo I a.C., a
Colonia, a la Ruta de la Seda, a Pompeya y a Egipto. Solo disponen de cuarenta
y ocho horas para conseguirlo.
Armándose del humor como herramienta
indispensable para darle la vuelta al orden de las cosas, Fernando Méndez
construye una historia repleta de fantasía y de realidad, un viaje espiritual
que nos revela, entre carcajadas, lo que verdaderamente importa en la vida.
Tierna, hilarante, conmovedora y reflexiva, Cuatro esquinitas tiene mi cama nos
descubre un territorio desconocido por muchos; el mejor espacio para ser feliz:
la «fantástica realidad».
Mi experiencia con la novela
No son pocas veces
las que he comentado que de vez en cuanto una lectura ligera, entretenida, que
te arranque alguna que otra sonrisa viene como caída del cielo. Y Cuatro esquinitas tiene mi cama cumple
perfectamente con el tipo de historia que sin comprometernos nos hace sentir
bien y nos proporciona momentos de agradable entretenimiento.
Se trata de una
historia narrada en clave de humor en la que encontraremos las situaciones más
diversas y disparadas, con un toque de surrealismo (ya veréis que el argumento
no tiene desperdicio) pero también con un aspecto más tierno y conmovedor.
“Vamos a
ver: si un día se te aparece un tío muy atractivo y te dice que es un ángel y
que quiere ayudarte a solucionar el mayor problema de tu vida, ¿tú qué harías?
Ya sé,
posiblemente mandarlo a hacer gárgaras
Pero
si resulta que estás con el amor en la reserva, que no levantas cabeza ni con
saldos de fin de semana, ¿seguirías mandándolo a hacer gárgaras o le darías una
oportunidad?”
Lourdes es una
mujer que a sus cuarenta y tres años tiene una vida muy normal. Divorciada después
de trece años de matrimonio, con una hija adolescente que ella se empeña en
sobreproteger, un trabajo de florista que no está nada mal y que para colmo
paga la hipoteca y el coche pero con un panorama amoroso desolador y un cuerpo
que inevitablemente se mueve hace el declive más absoluto.
La floristería que
regenta desde hace veinte años está
situada de forma muy apropiada al lado del cementerio por lo que no es difícil ver
a Lourdes por allí trajinando con las flores. Pero un día mientras coloca una
corona en una lápida recibe una extraña e impactante visita que modificará el
curso de su vida para siempre. Se trata
de Armand. Joven, alto, guapo, moreno y francés. Pero no se trata de un ligue
con el que endulzar su vida ya que él mismo afirma que es su ángel de la guarda
y quien custodia su bienestar. Sin embargo trae una mala notica porque parece
que el mal comportamiento de Lourdes en sus vidas pasadas puede separarla definitivamente
de su hija.
Es el momento en
que Lourdes comenzará a experimentar un viaje astral que le permitirá regresar
a sus vidas pasadas para intentar cambiar sus malas acciones por otras que no
sean nocivas para la gente que compartió su vida con ella.
Evidentemente no
podemos tomarnos demasiado en serio el argumento de Cuatro esquinitas que tiene mi cama ya que no es solo una novela de
humor sino que está construida con muchísima fantasía de broma que su autor le
ha dado rienda suelta a su imaginación y podemos encontrar en ella viajes
astrales, ángeles, reencarnaciones, viajes al pasado y todo ello con una fecha límite
de cuarenta y ocho horas.
En este tiempo
tendremos la oportunidad de viajar junto a Armand y Lourdes a lugares como el
antiguo Egipto donde conoceremos a la mismísima Cleopatra, a Colonia en Alemania
donde la protagonista trabajó en un taller perfumista en el año 42 antes de
Cristo, a Nueva York o incluso la Ruta
de la Seda entre otros lugares donde se ambienta y transcurre la historia que
además aportan mucho dinamismo a la misma. Lugares donde la protagonista podrá
comprobar la clase de persona que ha sido en varias vidas pasadas así como los
hechos terribles que cometía con aquellos que estaban a su alrededor.
Creo que la
creación del personaje central de la novela es todo un acierto y su autor ha
logrado confeccionar una voz femenina creíble dentro de sus propias circunstancias
(siempre me parece más complejo que un
hombre se adapte a la forma de pensar femenina) y que además cuenta con un
aspecto básico y es que al menos resulta simpática a ojos del lector. Un hecho
que en novelas de este tipo, narradas en primera persona, me parece fundamental
pues es como tener durante un largo viaje a alguien al lado que no te cae bien,
se te hace muy pesado. Lourdes está construida con sencillez, sin grandes
pretensiones y aunque cumple con algunos clichés habituales funciona en la
historia. El resto de personajes trabajan como acompañamiento sin resaltar de
forma especial ninguno salvo Armand, el ángel, que si tiene algo más de
protagonismo.
El estilo que Fernando
Méndez utiliza para narrar la historia es muy cercano, sencillo y de la calle, prácticamente
parece que se dirige a nosotros. La prosa además es desenfadada, con un ritmo
muy ágil y gran presencia de diálogos que hacen de esta una lectura para
consumir en un par de tardes porque además resulta una novela muy entretenida.
Para crear humor su autor ha optado por situar a la protagonista en diversas, increíbles
y en algunas ocasiones incluso absurdas circunstancias que nos harán al menos sonreír
cuando no reír de forma más abierta..
A parte de todas
las risas o momentos divertidos que el libro nos pueda procurar también nos
ofrece la posibilidad de pensar y evaluar como son nuestros actos y la forma
con la que nos comportamos con los demás así como las consecuencias que ello
pueda generar.
La novela se
desarrolla en cinco días consecutivos que además sirven como división en cinco
grandes partes que además se encuentran divididas interiormente en otros
capítulos interiores de corta extensión. La novela cuenta con un apartado final
que representa una especie de prólogo y además de recapitular pone fin a la
novela.
Conclusión
Cuatro esquinitas tiene mi cama es una lectura ágil, entretenida y amable de
esas que nos proporcionan muy buenos momentos de relax y resulta ideal para
aquellos momentos en que nos encontramos cansados o congestionados de otras
lecturas. Humor, fantasía, peripecias y desenfado
se mezclan para hacer disfrutar al lector.