lunes, 24 de febrero de 2014

La cuna vacía - Sophie Hannah



Título: La cuna vacía
Autora: Sophie Hannah
Publicación:Duomo Ediciones, enero de 2014
Páginas:448
 
CIERRA LOS OJOS. CUANDO DESPIERTES, NADA SERÁ IGUAL.

La pesadilla empieza siempre de la misma manera. Una noche larga, el llanto del bebé no cesa. Apenas descansas, pero no debes dormirte. Simplemente no debes. Sin embargo, con las primeras luces del alba, caes rendida y cierras los ojos, apenas unos instantes. Cuando los vuelves a abrir, tu pequeño está quieto, sus manitas frías y no respira. Para muchas mujeres es la peor pesadilla del mundo, pero al despertar la olvidan. Para Helen, Ray y Sarah parece no acabar nunca. Las tres han sido acusadas de infanticidio, las tres aseguran ser inocentes. Es el momento de saber la verdad. 

Mi experiencia con la novela

No tenía ninguna referencia de Sophie Hannah hasta que Laky, administradora del blog Libros que hay que leer, organizó una lectura conjunta del mismo. La sinopsis me llamó la atención de forma inmediata porque en ella se intuía que una historia bastante oscura. Esta autora es muy conocida por los thrillers psicológicos que escribe. Creo que es esta la quinta historia que comparte algunos de sus personajes con sus anteriores novelas. A pesar de ello y de que el tema recurrente en su producción son las relaciones materno-filiales no constituyen una saga por lo que cualquiera se puede enfrentar a esta lectura sin haber leído los anteriores. 

Como os digo, La cuna vacía es un oscuro thriller que se sustenta en la compleja psicología de sus personajes y en un ambiguo espejo de verdades y mentiras que llega a desconcertar en ciertos momentos al lector. La historia me ha resultado muy inquietante e intrigante y a pesar de que es una lectura que me ha gustado también me he encontrado ciertos elementos que no me han convencido tanto. Antes de escribir esta reseña me he obligado a mí misma a digerirla, a reflexionar sobre algunos aspectos que de distinta forma resaltan en ella.

Fliss Benson es una productora de televisión que ha recibido el encargo de continuar un documental que se está editando basado en la muerte prematura de bebés y la posible implicación que pudieran tener sus madres. Para desarrollarlo se va a centrar en tres figuras mediáticas que protagonizarán el mismo:  Helen Yardley, Sarah Jaggard y Rachel Hines, dos de ellas fueron condenadas por matar a sus hijos recién nacidos y la otra a un bebe del que cuidaba. Posteriormente las tres fueron absueltas y liberadas de todos los cargos tras una lucha y defensa mediática instigada por Laurie Nattrass, un ejecutivo de la televisión que inició el proyecto por intereses personales.

A la vez que una de estas mujeres aparece asesinada, Fliss comienza a recibir unas extrañas notas que solamente contienen una aparentemente inexplicable sucesión de números inconexos muy parecida a la que recibió la víctima. Este es el punto de partida para desarrollar una intensa investigación por parte de la policía que intentará arrojar luz sobre quien podría estar interesado en ver desaparecer a una de estas mujeres mientras Fliss recopila información para el documental.

Desde el inicio de la novela Sophie Hannah sabe captar nuestra atención con un tema interesante y una dosis muy alta de intriga. A medida que la historia avanza el eje se complica creando una historia que abarca un amplio abanico de situaciones donde las verdades nunca son absolutas y la ambigüedad marca cada una de sus páginas. A pesar de que inicialmente se nos plantea un asesinato e iremos acompañando a la policía en su investigación, entrevistándose con las personas relacionadas de cualquier manera con la víctima y recopilando pistas,  la historia termina desdoblándose para tratar de forma más amplia la muerte prematura de los lactantes. Mientras algunos apuntan a la muerte súbita (un síndrome indemostrable) otros culpan directamente a las propias madres o incluso sus cuidadoras.

En mi opinión uno de los aspectos más interesantes de la novela es el juego de verdades y mentiras en que se mueven sus personajes y los conflictos que presentan así como los juicios emitidos en los distintos ámbitos de la sociedad como los familiares de las acusadas, los médicos que han dado su testimonio sobre el tema o la opinión de los espectadores que conocen la noticia a través de los medios de comunicación, quienes manipulan a la opinión pública a su antojo. Lo único que todos tienen en común es el ansia por encontrar culpables sobre los que descargar la responsabilidad.  Como veis en la novela se da una amplia perspectiva del tema.

Sin embargo se ahonda tanto en el tema de la psicología humana, sobre todo ese lado oscuro que todos tenemos, y ofrece tantos puntos de vista del mismo tema que lastra en ocasiones la parte policial de la novela. La primera parte de la misma me gustó mucho pero creo que en la segunda parte debería haber enfatizado más la investigación y aprovechar algunos elementos que se plantean y que resultan de interés para el lector. Quizás sea este el mayor inconveniente que he encontrado. Llega un punto, alrededor del ecuador de la novela, en que sigue siendo interesante y queda mucho por contar pero quizás de forma demasiado lenta en general y rebuscada en momentos puntuales.

La cuna vacía es una novela que se desarrolla a través de un amplío elenco de personajes de índole y características muy distintas, todos con un psicología bastante compleja. El eje principal alrededor del cual se mueve todo el argumento son Helen Yardley, Sarah Jaggard y Rachel Hines que han vivido situaciones muy parecidas. Creo que una de las premisas al crear esta obra fue que el propio lector no llegara a empatizar plenamente con los personajes, de forma que dudara constantemente de su naturaleza o sus intenciones, alrededor de los cuales siempre hay cierta oscuridad. El ejemplo más claro son las tres  acusadas de infanticidio. Si creyésemos que son inocentes nuestro principal sentimiento hacia ellas sería lastima y las compadeceríamos pero en caso contrario rechazaríamos firmemente sus figuras. Sin embargo nos las presenta de forma que nos surge una duda razonable.

Aunque todos los personajes tienen una participación más o menos activa en la novela quizás destaca Fliss Benson al tener voz propia en la misma. Una mujer que de la noche a la mañana se encuentra dirigiendo un proyecto que se siente incapaz de llevar a cabo en parte por motivos personales. Un personaje con el que tampoco he llegado a empatizar, incluso me ha costado entender en ocasiones. Su jefe, Laurie Natrass que es de los más interesantes de la novela, ha sido una figura clave en la defensa de las mujeres y el proyecto del documental y sobre el que Fliss tiene unos sentimientos muy particulares.

Los investigadores policiales si bien cumplen su función no destacan especialmente. Son Simon Whaterhouse, Charlie Zailer o Giles Proust que ya aparecieron en sus libros anteriores.

La novela tiene una estructura muy peculiar cuya construcción se lleva a cabo mediante distintos elementos que van aportando información, a veces contradictoria y otras veces complementaria del tema. La parte de la historia que se refiere al personaje de Fliss está narrada en primera persona por ella misma y situada en el año 2009. La investigación de la policía es a través de una voz en tercera persona omnisciente. Y luego hay una serie de capítulos que son entrevistas, artículos de periódico o testimonios desgarradores de las madres que nos ofrecen una información adicional. Aunque su lectura resulta ágil en ciertas ocasiones me ha resultado demasiado densa sin llegar a ser dificultosa.

Respecto a su final, aunque el caso es resuelto deja en cierta manera algunos aspectos sin zanjar de forma premeditada y con un claro objetivo en los que vuelve a darnos una buena dosis de ambigüedad. Sobre este tengo sentimientos contradictorios puesto que me hubiese gustado por un lado un final más claro pero por otro me ha parecido muy realista.

Conclusión 
A pesar de los inconvenientes que he encontrado en La cuna vacía me ha parecido una novela interesante, con una trama oscura y compleja que llega a ser desconcertante en ocasiones. Como ya he dicho me ha faltado ritmo en su segunda mitad y una mayor perspectiva en su aspecto policial.

Calificación: