lunes, 14 de enero de 2013

Cómo no ser una drama mamá - Amaya Ascunce


Este libro recoge en clave de humor las 101 inolvidables frases que su autora, Amaya Ascunce, junto a otros tantos niños de su generación escucharon constantemente en bocas de sus madres.
Se trata de consejos, advertencias incluso refranes con los que las madres marcaron las vidas de sus hijos y que estos juraron que no volverían a repetir. Pero también cuenta con la opinión de algunos expertos y la aportación de algunos lectores que se vieron identificadas con ellas.
Quién no ha escuchado alguna vez frases como «Te voy a lavar la boca con jabón», «Retírate el pelo de la cara, que estas más guapa», «Te voy a dar razón para que llores de verdad»  o «¿Pero tú te crees que soy la dueña del Banco de España?.

Mi experiencia con la novela
Quién de nosotros no ha escuchado en su infancia frases lapidarias como «Cuando seas madre comerás huevo», «Como tenga que ir yo…» o «Porque lo digo yo y punto». Y es que estas frases pronunciadas por nuestra madre en momentos claves eran capaces de disparar nuestro sentimiento de angustia, despertar nuestro instinto contra una amenaza o simplemente hacer que se nos pusieran los pelos de punta.
Toda una generación de niños vivimos con el chándal de táctel (que incluso cuando se rompía seguíamos llevando con pegatinas adheridas con la plancha), usábamos la ropa heredada de primos o hermanos mayores que nos quedaban dos tallas grandes,  esperábamos dos horas antes de meternos en la piscina para hacer la digestión, vivíamos con la incertidumbre de que si nos regalaban caramelos estarían impregnados con drogas o con el temor de que si te caías encima te iban a pegar.
Amaya Ascuence, la autora de esta novela, también fue una de esas niñas que recibió diversos consejos de su madre. Incluso a día de hoy, con 33 años y a 400 kilómetros de distancia su madre sigue recordándole que cierre la puerta al salir o apague los fuegos.
Una tarde después de tener una conversación telefónica con ella a Amaya se le ocurrió escribir todos los consejos maternos en un  papel y se dio cuenta de que tenía historias para rato. Así nació el blog http://www.comonoserunadramamama.com,  el paso previo que le conduciría a publicar su propio libro después de que la editorial Planeta se interesara en sus historias.
Amaya se ha convertido en una de las blogueras más conocidas de nuestro país. En su primer año tras la pantalla del ordenador recibió 145.000 visitas con lo que se dio cuenta que sus recuerdos infantiles eran muy comunes entre sus lectores y, ella que estaba convencida de que su madre era única en el mundo, vio que los consejos se repetían en muchas familias españolas.
En “Cómo no ser una drama mamá” podemos encontrar los 101 consejos, advertencias o casi amenazas que le daba su madre y que a día de hoy sigue utilizando aunque en menor medida. Nos relata cuales eran esos momentos en que su madre le soltaba esas perlas junto a algunas de las anécdotas o situaciones que los propiciaban.
Pero también explora que consecuencias han tenido estos en su vida, así Amaya intenta tomarse el zumo rápidamente para que no se le vayan las vitaminas, ha aprendido que los interruptores también se limpian y siempre sale de casa bien surtida por lo que pudiera pasar.
Después de hacernos participes de cómo han influido estos consejos en la persona en la que se ha convertido, intenta encontrar la forma de cómo no convertirse en una futura drama mamá sopesando las ventajas e inconvenientes de estos consejos y su posible utilización futura. Sobre muchos de ellos no encontrará ninguna excusa o excepción que permita su utilización pero algunos de ellos pueden resultar provechosos.
Juramos que nunca seremos como nuestros padres, nos creemos mucho más modernos pero el daño ya está hecho y las frases están fuertemente arraigadas en nuestro subconsciente tanto que conllevan el peligro de ser arrojadas a nuestros hijos en cualquier momento. Porque algunos de esos niños inevitablemente harán del drama su forma de vida.
En este libro también cabe la opinión de dos expertos en la materia. El conocido psicólogo Javier Urra al que vemos frecuentemente en televisión  y Rocío Ramos, la supernanny de la tele que ofrecen su punto de vista acerca de la utilidad de estos consejos en la educación de los niños. Algunos tienen una buena explicación y de uso se puede adquirir un buen provecho, otros en cambio son erróneos.
Por último y para completar el relato se incluyen algunos de los comentarios que los lectores anónimos del blog dejaban en cada entrada y que contaban la propia versión de sus padres o su experiencia sobre los mismos.
Pero ¿Qué son exactamente las drama mamás? Son esas mujeres que ponen realmente todo su esmero en conseguir que de sus hijos “alguien de provecho”, que no se cansan de cuidar y que siempre tienen una frase, consejo o chascarrillo para todo pero que en fondo intentan avisar de todos esos miedos a los que se enfrentan y evitar que sus hijos caigan en ciertas situaciones. Son madres que remeten con ahínco a sus hijas la camiseta por debajo de las bragas, que les ponen pilas de ropa encima para dormir, que son capaces de evitar los cortes de digestión, que advierten sobre el peligro de las drogas en la coca-cola o que son capaces de levantarte bien temprano un domingo por la mañana porque “si vales para trasnochar también para madrugar”.
Los protagonista del libro es “La Nena”, que es el nombre con el que conocimos a la autora antes de que pudiéramos ponerle una cara.  Amaya fue una niña ocurrente, revoltosa, contestona, nerviosa y  mala comedora, una personalidad que sin duda aumentó el dramatismo maternal. Por supuesto la otra gran protagonista es su “drama mamá” de la que Amaya dice que “En realidad es una mujer muy culta, trabajadora, muy cariñosa y con mucho sentido del humor”. En un segundo plano y con poca participación están su “no drama papá” con las ideas mucho más claras que su madre y su hermana que tenía un carácter mucho más tranquilo.
De forma muy sencilla y amena, el libro nos narra estos consejos en forma 101 capítulos, cada uno correspondiente a un consejo. “La nena” asegura que el 95% de estos consejos son reales (aunque estén un poco exagerados) y los escuchó a su madre aunque alguno parece ser propio de su abuela que siempre limpiaba la casa antes de que acudiera la chica, no fuera a pensar mal.
Tengo que reconocer que he pasado muy buenos momentos con este libro, sobre todo  en aquellos capítulos en los que me veía reflejada. La mía también es una “drama mamá” que me recuerda cientos de veces las cosas y que nunca se cansa de opinar sobre mis asuntos.
Para mí los mejores consejos son aquellos con los que me he visto identificada y que más de una vez he escuchado. Otros simplemente no los conocía como “Elegir entre culo y cara” que viene a decir que cuando se adelgaza, el culo mejora pero va en detrimento de la cara que no goza de su mejor aspecto.
Leyendo el libro me ha venido a la mente una ocasión en la que estando en una piscina pública había una señora que veía como su hijo disfrutaba en el agua. El muchacho seguramente era poco temeroso y la madre cada vez se angustiaba mas hasta que va y le suelta “Como te ahogues, te mato”. Esta frase se ha convertido en todo un mito en mi vida y frecuentemente mi marido y yo la recordamos y a pesar de que hace bastantes años que sucedió aquello nos sigue divirtiendo.
Pero aparte de las bromas y el marcado carácter humorístico del libro en él podremos encontrar una forma de criar y educar a los hijos de toda una generación, de un estilo de vida en el cual todavía quedaba mucho por hacer y descubrir. Donde algunas creencias estaban fuertemente arraigadas en las madres y la información no estaba al alcance de todo el mundo.
Conclusión
“Cómo no ser una drama mamá” me parece un libro muy entretenido para recordar algunos fragmentos de nuestra infancia. Para leerlo a ratitos y divertirse con él.