martes, 27 de noviembre de 2012

Lectura, ¿Digital o en papel?

El otro día leí una noticia que me dejó impactada. En Inglaterra, la web Amazon ha visto como sus ventas en formato digital ha superado con creces la venta en formato papel. Algo impensable hace un par de años. El sector no terminaba de arrancar pero lo cierto es que en los últimos meses está tomando una fuerza desmesurada. España es el segundo país de Europa en cuanto a venta de lectores digitales. Mientras que caen las ventas del formato tradicional cada vez hay más lectores que apuestan por el formato digital.

El libro es el único formato que ha permanecido inmutable durante siglos mientras el mundo de la música, la imágenes o los videos se han ido transformando paulatinamente y varias veces dando lugar a distintos formatos a los cuales nos hemos tenido que acostumbrar.

Pero ¿Cuál es el futuro de la industria editorial? ¿Llegarán a desaparecer los libros en favor de los eBooks?

Hasta hace unos meses no me había planteado la posibilidad de realizar mis lecturas a través de un libro electrónico. Siempre he sido muy reticente a abandonar el formato papel. Me encanta tener los libros en la mano, acariciarlos, olerlos y ordenarlos en las estanterías. Me gusta mucho cogerlos de vez en cuando y, sobre todo de aquellos que me hicieron disfrutar, leer de vez en cuando algún fragmento.

El tema del lector no me acababa de convencer. Me parecía un sistema demasiado frío y ajeno al lector. Pero fueron dos cosas fundamentales las que me hicieron plantearme su adquisición. Una es que estoy empezando a tener un serio problema de espacio en casa en cuanto al almacenamiento de libros que ya empiezan a ocupar los lugares más insospechados y en segundo lugar, la cantidad de libros electrónicos que ya pululan por la red.

Después de probar el lector he podido comprobar que es un sistema muy cómodo para leer. En tan solo 190 gramos puedes almacenar cientos de libros. No importa la longitud del libro en cuestión lo puedes llevar a cualquier sitio en el bolso. Hay lugares donde debes esperar y es de agradecer tener un entretenimiento a mano. Con el formato papel esto se hace más difícil. El cargar con un libro de seiscientas páginas en tapa dura no es una tarea fácil ni agradable.

También es mucho más accesible su lectura en multitud de posiciones. Si te gusta leer tumbado o dejar el libro sobre las piernas es un formato muy adecuado. No tienes que sujetar el libro con la mano, que cuando tienen peso y llevas un rato la mano se agarrota y hay que cambiar la posición. 

El ahorro de papel supone un punto muy positivo para contribuir a la conservación del medio ambiente y evitar la tala de árboles. Aunque actualmente muchas editoriales utilizan papel reciclado estos necesitan un tratamiento para que se obtenga el resultado final.

En la red hay multitud de obras gratis disponibles para descargar y no me refiero a las descargas ilegales, que eso es otro tema. Muchas webs ofrecen libros sin ningún coste. Claro está que no podremos acceder a los últimos títulos y novedades editoriales pero sí que podemos obtener clásicos u otras obras determinadas. También hay otros muchos títulos cuyo precio es muy asequible. Su precio es menor de tres euros.

Otra ventaja es que podemos adquirir los ejemplares en cualquier momento y sin desplazarnos de casa.

Para autores desconocidos se abre un filón porque pueden publicar sus obras a un precio mucho más bajo y sin pasar por las manos de un editor. A la vez no es necesario asumir el coste de distribución. Claro que en ocasiones esto disminuye la calidad del resultado final porque al no hacerse una buena corrección muchas erratas pasan por alto.

Entre los inconvenientes que yo le veo principalmente es que actualmente hay poca disponibilidad de títulos en el mercado digital. No todos los libros que se publican salen a la venta en ambos formatos. Y si hablamos de libros que tengan, por ejemplo, dos o tres años, es imposible encontrarlos (me refiero a descargas legales).

Y sobre el precio de los mismos es un tema que me parece bastante discutible. El invierno del mundo, la última novela de Ken Follet en formato papel cuesta 24,90 euros y su homólogo digital tiene un precio de 14,24 euros. ¿Realmente merece la pena para los amantes del libro? Yo no encuentro un equilibrio justo entre lo que pagas por un libro físico y por una copia digital, que al final ellos tienen un gasto mínimo en cuanto al soporte.

Otro inconveniente es que uno no puede compartir libros. El DRM es el sistema de protección que algunos los libros digitales para evitar que se puedan copiar. Tú compras el libro y tienes una única copia del mismo. No se lo puedes prestar a nadie y nadie puede hacerlo contigo, a menos que entregues el lector.

Pero a pesar de todo no se puede comparar con la sensación de pasar las páginas, el olor que desprende un libro, la sensación que te transmite su cubierta por lo que yo siempre me quedaría con el papel.

Y vosotros ¿Digital o papel?