martes, 29 de noviembre de 2011

Sin destino - Inre Kertész

György Köves es un adolescente húngaro de 14 años cuyo padre ha sido llamado a un campo de trabajo y toda la familia prepara el viaje y la despedida con temor e incertidumbre. Dos meses después de que suceda este hecho, las nuevas leyes proclamadas para los judíos le obligan a trabajar en una refinería de petróleo. 


En la ciudad todo ha cambiado, las alarmas suenan y caen bombas enemigas, mientras György intenta seguir con su vida y vive de forma especial su primer beso con una chica.


Un día cuando se dirige al trabajo en autobús es detenido por la policía. Al principio se lo toma en broma incluso e incluso se siente aliviado porque se ha librado de ir a trabajar, pero la detención se alarga en el tiempo y después de cinco días son trasladados a Alemania.


György se siente contento de ir a trabajar a Alemania pero en realidad no es consciente de lo que su futuro le depara. Finalmente termina en Auschwitz (Austria), donde son recibidos por muchos presos que se encuentran en una situación similar. Y desposeídos de sus pertenencias, rodeados de soldados armados, comienzan una nueva existencia totalmente distinta a su vida anterior.


György tarda en darse cuenta de que realmente no se encuentra en un campo de trabajo, sino en un campo de exterminio. Observa con pena cuanto a su alrededor sucede, la escasez de comida, el hambre, la clasificación de los judíos, las chimeneas del crematorio, la cámara de gas, etc.


Poco después será trasladado a otros campos de trabajo como Buchenwald (Alemania) o Zeitz donde sufrirá en sus propias carnes todo el horror del nazismo, donde todos los días transcurren de forma similar si tienes suerte y donde las condiciones son cualquier cosa menos humanas.


Este relato nos cuenta y transmite su existencia en esos campos de concentración.
Si hacemos un poco de memoria...

Entre 1933 y 1945 se formaron las provincias del III Reich. Entre otros paises se produce la anexión de Hungría dentro de la Alemania nazi con Adolf Hitler a la cabeza gobernando bajo los fundamentos de la ideología totalitaria del nazismo.

En todos los países que se unen se promulgan unas leyes antisemitas que condicionan la vida de millones de judíos y que los distinguen y separan de la raza “aria”. Se trata de abolir completamente sus derechos como personas, concentrarlos, exterminarlos hasta hacerlos desaparecer.

Así esta comunidad tenía ciertas prohibiciones que cumplir: no podían salir de la capital, no se les permitía tener negocios, solo podían acceder a raciones reducidas de alimentos, solo podían circular por la calle hasta las ocho y cuando subían al tren debían hacerlo en el ultimo vagón. Debían distinguirse con estrellas amarillas que denotarán su procedencia y esto lo vemos en el libro.

Nuestros protagonistas son miembros de la comunidad judía de Budapest que fueron utilizados en la lucha internacional como medio de chantaje.
La naturaleza humana...

Aunque el horror nazi es un hecho por todos conocidos los testimonios, libros y películas siguen sorprendiendonos. Este libro aunque no pretende ser autobiográfico sabemos que esta basado en la experiencia del propio autor, esa experiencia que vivió en sus propias carnes, que sabemos que no es literatura, que cuando cerramos el libro persiste en nuestra retina porque sabemos que para millones de judíos fue una realidad.

La mayoría de nosotros recordará en el libro los sucesos que pasaron en el Tercer Reich, así reconoceremos la estrella amarilla que llevaban, recordamos que tenían acceso a menos alimentos, y el resto de las prohibiciones. Pero lo realmente interesante de este libro es que aporta una visión totalmente diferente sobre el Holocausto.

El relato es sencillo y llano en su narración, no entra en sentimentalismos y nos relata la realidad de forma cruda, sin adornos ni aderezos. Aunque yo he echado de menos y me hubiese encantado leer las reflexiones del autor, los pensamientos, saber que pasaba por su cabeza en esos momentos espantosos, pero el autor ha decidido pasar por ello sin detenerse.

György tan solo tiene 14 años cuando el autobús en el que viaja es detenido y posteriormente enviado a un campo de exterminio como es Auschwitz. Lo que realmente me ha sorprendido de la historia es que al principio el protagonista no se da cuenta de que esta pasando. Es engañado y cree que va a Alemania para trabajar y mejorar sus condiciones cuando en realidad le espera otra cosa.

Ignoro en que condiciones se viajaba en ese país en esa época pero al principio del libro cuando va en el tren, a György, le parecen normales las condiciones en que viajan, un tren de carga donde viajan sesenta personas durante varios días sin agua, de pie, y mas grave aún, durante el viaje muere una anciana y él lo justifica diciendo que estaba enferma, no me parece lógico que muera nadie en un tren y no saquen el cadáver, además si supuestamente iban a trabajar ¿como lo haría una anciana enferma? Por muy adolescente que uno sea, se da perfectamente cuenta de que hay cosas que no son normales y que algo falla. Pero es mas, no solo no se da cuenta de que algo raro ahí por ahí, sino que cuando llega a Auschwitz y son recibidos por otros tantos de judíos que visten todos iguales no se extraña, incluso lo que va viendo del campo al principio le resulta muy agradable ya que hay un campo de futbol. Tampoco piensa que hay nada extraño cuando les quitan sus posesiones e incluso llega a comerse la sopa que es un verdadero mejunje extraño para que los militares que los vigilan no se sientan ofendidos.

Realmente se da cuenta de donde se encuentra cuando ha pasado por las duchas, ha sido rapado, desinfectado y con el uniforme a rayas. El darse cuenta de la existencia de crematorios le hace darse cuenta de que no es un campo de concentración, sino un '''campo de exterminio'''. A pesar de todo no hace un drama y no desespera simplemente se deja llevar.

Durante el relato solo asistimos a los hechos que le ocurren al protagonista, existen en el libro pocos datos acerca de la situación en el general o de lo que les ocurre a otras personas.

Nuestro protagonista pasa por diferentes campos y poco a poco vemos como su situación empeora, pues el hambre se acumula, la piel se le vuelve seca, áspera, amarillenta con abscesos, manchas, grietas y heridas lo que significa que tenía sarna. Vemos como come hasta tierra, peladuras de patata y cualquier cosa que le pongan por delante.

Asistimos a como poco a poco se produce su degradación física y moral hasta el punto en que realmente le deja de importar morir.

Otra pega que le pongo es que la '''forma de narrar no es fluida''', es decir, a pesar de lo interesante del relato a veces hay que hacer un pequeño esfuerzo para seguir leyendo porque me costaba y eso yo lo atribuyo a la narración y al estilo de Kertész, que a pesar de prescindir de adornos o recursos literarios en ocasiones cuesta seguir.

Algo que me gustaría resaltar es que al principio del libro vemos como el protagonista es un joven normal, con los problemas normales de su edad, sus padres se han separado, vive su beso con una chica para luego pasar de repente al horror mas tremendo simplemente por ser judío. Otro punto a señalar en el libro es que el protagonista comprende totalmente que las diferencias entre personas son simplemente a nivel interior, que en realidad todos somos iguales pero que nuestras convicciones determinan lo que somos en realidad. Él comprende la diferencia entre ser persona y ser judío y sape que los alemanes no odian a la persona sino el concepto de judaísmo.
Conclusión final

Es un libro que yo recomiendo sobre todo si te gusta el tema que trata, los horrores del nazismo, unos hechos terribles y duros, crueles y reales de la historia Europea. Es lo que realmente te atrae del libro el conocer que esas condiciones de maltrato, humillación, asesinatos nos la narra alguien que lo vivió en sus propias carnes.

En él podemos comprobar la fuerza de la naturaleza humana, como el instinto nos lleva a sobrevivir y a soportar.

Yo creo que es un libro que no pretende aprovechar el filón que supone este tema y que Kertész, aún pudiendo escribir sus memorias prescinde de todo protagonismo, un libro sincero que no valora el bien o el mal, que no juzga al ser humano. A pesar de haberlo vivido en su propias carnes logra darle sorprendentemente una visión imparcial del tema